Doménica Concha, escritor, editor, poeta y estudiante de literatura en la Universidad de las Artes, publicó su primera colección de poemas con la editorial Crímenes en Venus. Empezó a escribir poesía cuando era adolescente, pero sentía que en ese momento no estaba muy seguro de qué era escribir poesía o qué tipo de poesía quería escribir. Ya en la universidad se reencontró con el tema y poco a poco se construyeron los poemas de este primer poemario, titulado “Fantasmas”. Explica que ve la poesía como una exploración del propio ser a través del lenguaje, que no tiene reglas de lógica, ética o moral.
“La poesía es algo muy íntimo y da espacio no solo para expresarse, sino para imaginar y para sanar también”.
Doménica Concha
Doménica tiene entre sus referentes literarios a poetas clásicos como Cesar Vallejo y Marosa Di Giorgio, también gusta de leer mucho a Juan Gelman y poetas ecuatorianos como David Ledesma, Ileana Espinel y Mónica Ojeda. Lo que le impulsa a crear sus poemas son temas como la infancia, la pérdida en la infancia, la enfermedad y el luto.
Su poesía la define como sucia, en el sentido de que se aferra a las cosas, al sentirse enfermo, solo, perdido. Percibe su escritura como una exploración de su memoria, utiliza los recuerdos como un proceso de sanación, algo muy íntimo, como hablar de los momentos oscuros y tristes de la infancia, como en su primer poemario “Fantasmas” donde plasma momentos de luto y pérdida desde muy joven.
“Los poemas son los distintos momentos en los que tuve que lidiar con el luto durante mi vida”.
Doménica Concha
Ahora bien, para llevar a cabo todo este proceso, comenta que lamentablemente no tiene un hábito de escritura establecido, es una lucha el escribir constantemente, antes anotaba ideas que le ayudarían a armar los poemas posteriormente. El cambio es un proceso inevitable y Doménica expresa que a medida que escribe se va solidificando y siendo más consciente de los temas de sus poemas, otras personas le comentan que sus poemas son muy narrativos, ilustrativos.
Entre los poemas que le causaron impacto durante su adolescencia están: “Con una valium 10” de Ileana Espinel, “Espergesia”, “Heces” y “Los Heraldos negros” de César Vallejo, y “La última carta” de David Ledesma. Actualmente entre sus libros de poesía preferidos están “Atar a la rata” de Esteban Mayorga y “Animal” de María Auxiliadora Balladares. Con respecto a la novela, siempre recomienda “Narciso Y Goldmundo” de Hermann Hesse y “Sanguínea” de Gabriela Ponce. Con su experiencia, recomienda a los nuevos escritores tener disciplina para iniciar en el camino de la poesía, que sean constantes al escribir para perfeccionar la habilidad y que lean mucha poesía de todo tipo.
“Explorando y procesando los textos, procesando el arte de otras personas uno puede llegar a crear el propio”.
Doménica Concha
Aunque triunfar en la industria editorial en el país es un poco difícil, las editoriales nacionales siguen presentando buenos libros y buscando formas de colaborar. Le gustaría publicar un poemario más grande con alguna de las editoriales que admira por su trabajo. Como el arte le da sentido a su vida, no solo se dedica a la literatura, sino que también trabaja con arcilla, pintura, dibujo y otras manualidades.
Concluyendo, nos cuenta que está trabajando en la preliminar de su tesis, un nuevo poemario, sigue escribiendo y espera llegar a publicar en los próximos años algo nuevo.
Livina Santos Jara nació en 1959, en la ciudad de Guayaquil. Es conocida por sus trabajos narrativos, como el libro de cuentos “Una noche frente al espejo” (1989) y consta en las antologías: “Nueva narrativas ecuatorianas”, “El lugar de las palabras”, “Antología de narradoras ecuatorianas” y “Cuarenta cuentos ecuatorianos”. Asimismo, ha publicado cuentos en diversas revistas nacionales e internacionales. En este artículo conoceremos más sobre su vida como literata.
Santos nos cuenta que desde muy pequeña sintió atracción hacia la literatura. Creo que nació conmigo, porque desde que aprendí a leer lo hice con poesía, fábulas y cuentos en una enciclopedia infantil, menciona. El primer libro que leyó fue el de “Alicia en el país de las maravillas”, pero fue en su adolescencia que reforzó la lectura de novelas y comenzó a escribir cuentos a escondidas. Su propósito era el de redactar una novela completa, sin embargo, a los 18 años terminó enviando uno de sus cuentos al Concurso de Pablo Palacios. Tiempo después, supo que había obtenido una mención, y eso le dio la confianza suficiente para seguir escribiendo.
“La literatura es una ficción maravillosa, que nos permite ampliar la visión que tenemos del mundo y entender la vida desde otras perspectivas”.
Livina Santos
Sus primeros referentes literarios pertenecen a la literatura universal, latinoamericana y ecuatoriana y, sobre todo, destaca el impacto que le provocó la lectura de la obra del escritor chileno José Donoso. Parte de sus lecturas están relacionadas con lo que le enviaban a leer en el colegio, luego, por su cuenta, pasó a la literatura existencialista. En la actualidad, está dedicada a la literatura contemporánea, sobre todo, del siglo XXI. A mis veinte años leía cualquier libro que cayera en mis manos, a esa edad había leído lo suficiente para sentirme segura en la carrera que estaba estudiando, era mi ambiente, dice. Santos estudió Literatura en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Las ideas que se desarrollan en el proceso de escritura surgen, en algunos casos, de las cosas más inesperadas y comunes. Los cuentos vienen a mí de algún hecho banal y cotidiano que se presentan en la vida, opina. Por ejemplo, la inspiración del cuento “Con olor a insomnio” nació de una época en la que la autora tuvo dificultades a la hora de dormir, se sentía cansada y agotada después de despertar, por lo tanto, decidió canalizar todo lo que sentía a través de la escritura.
“Clasificados” cuento del libro “Una noche frente al espejo”
Mi hija nació hace poco tiempo. No recuerdo exactamente su edad, pero serían unos nueve meses desde que aprendió a caminar y ayer la vi que corría detrás de una pelota. A noche la niñera me repitió unas frases que Viviana dice sin dificultad. Hoy quiero llegar temprano a casa porque mi hija crece y casi no me doy cuenta. Ya empiezo a buscar el jardín de infantes al que la mandaré dentro de unos pocos meses y siento nostalgia de ella, ganas de ir a abrazarla. Aunque la verdad es que tengo tantas cosas que hacer que por más que lo intento, no puedo todavía decir: y pensar que un día era la mitad de lo que es ahora (no, pensándolo bien, ya tiene que haber triplicado ¿cuadruplicado? su tamaño de recién nacida). Hoy voy a llegar temprano a casa.
Mi hija es tan ordenada que pone cada cosa en su lugar, cierra puertas, cajones, tapa tarros, sabe dónde está el tacho de la basura, limpia ceniceros, le gusta estar peinada y bien vestida, en fin, es una niña modelo. Voy a llegar temprano para hacer de mi hija toda una mujer. Como es inteligente será una brillante alumna. Menos mal, así no tendré que andar detrás de ella para que cumpla con sus tareas. Cuando sea adolescente seremos muy buenas amigas. Actuaré de tal manera que cuando crezca sea una persona muy equilibrada. No voy a dejarla sola. Compraré la enciclopedia de la madre moderna que me están vendiendo en la oficina. Sofía me la recomendó porque la ha ayudado mucho en la crianza de sus hijos. Leeré todas las noches un capítulo y releeré los que sean necesarios. Mi hija será, además de linda y estudiosa, inteligente y una excelente ama de casa. No fallaré, estoy decidida, no habrá nada que haga cambiar mi desición. Llegaré temprano a casa ni no seré solo su amiga, sino también amiga de sus amigas. Para ganarme su confianza les ayudaré a hacer una fiesta y conoceré también a sus amigos. Creo que son muchos porque he escuchado algunas conversaciones telefónicas donde se confunden nombres y situaciones. Tengo urgencia por llegar a casa. Las empleadas están alarmadas por ciertas conversaciones de mi hija con sus amigas, pero no me quieren decir de qué se trata. Yo también estoy alarmada. Ayer encontré los ceniceros de su dormitorio lleno de colillas, papeles en el piso, ropa por todas partes y, sobre la cama, un periódico abierto en la página de los anuncios clasificados. Había señalado algunos avisos: departamento para señoritas.
Ya no tengo para qué ir a casa.
Santos nos dice que escribir para ella significa pasión. Algo que le gusta es que sus cuentos sean leídos por jóvenes, ya que ellos tienden a formular preguntas, que crean un diálogo fluido y que a ella le representa una buena retroalimentación. En pocas palabras, los jóvenes tienen una lectura no tan contaminada y no reaccionan con una crítica tan estereotipada, dice.
No obstante, la escritora ha pasado por momentos en los que se ha distanciado de la escritura. Uno de ellos fue cuando estuvo en el proceso de finalización de su carrera universitaria; el otro, en cambio, sucedió cuando salió del Taller de Literatura del Banco Central y publicó sus cuentos. Sentí que después de esa publicación debía innovar mi escritura, no quería repetirme, pese a que hubo muchas personas involucradas con la literatura que me insistían en que no la abandonara, comenta.
“A todos nos gustan los reconocimientos, sin llegar al exceso, eso nos hace sentirnos reconfortados. Me siento muy comprometida en mi trabajo, siempre es importante saber que lo que hacemos no es en vano”.
Livina Santos
Santos indica que le encanta ver cómo se está recuperando la actividad artística en el país, porque en el pasado era algo escasa. Al día de hoy la virtualidad ha permitido nuevos espacios para impulsar diferentes proyectos. En cierta forma, la pandemia ayudó a visibilizar la cantidad de gestores culturales y artistas que hay en el país, así como también la diversidad de arte que existe. Pienso que detrás de todos los gestores culturales que tienen dificultades para sacar adelante sus proyectos, hay una vocación enorme, alega. Igualmente, explica que publicar suele ser una tarea difícil, es necesario contar con dinero y buscar la forma de trascender las fronteras del país.
De sus escritos, ella nos recomienda leer, una vez que se publique, la novela en la que se encuentra trabajando. Como lo manifiesta Santos, es un paso relevante en su trayectoria porque siempre se había dedicado a los cuentos, por lo tanto, está enfocada al máximo en su desarrollo. Considero que esta novela es algo atrevido de mi parte, porque es la primera vez que lo hago, es un reto que me he planteado a mí misma. De igual manera, menciona que le gustaría retomar la escritura de cuentos.
Diana Zavala, nació en Jipijapa, en 1983. La autora desarrolló su amor por la literatura en su infancia, aunque ni casa ni en el pueblo existían bibliotecas. “Cada noche mamá me contaba historias, algunas eran de la tradición oral manabita, otras provenían de los libros que ella leyó cuando fue niñera, los había memorizado”. El gusto por el acto de contar la llevó a la escritura cuando en la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) ingresó al taller literario Soledumbre.
En Soledumbre, Diana encontró a un maestro. Mucho le debo a Pedro Gil, nos entregó con generosidad y rigor herramientas para que cada uno labre su camino sin pretender hacer versiones a escala de él. Una serie de ejercicios dieron como resultado relatos que al final se compilaron en un libro al que llamó Carne Tierna y Otros Platos (Mar Abierto, 2011).
“Había la idea de llamarlo ‘Manos de Licenciada y Otros Cuentos’, pero me pareció más atractivo el de ‘Carne Tierna y Otros Platos’, ya que quería darle una estética de menú, además, la colección en la que salió se llamó Almuerzo Desnudo”.
Diana Zavala sobre Carne Tierna y Otros Platos.
Portada de Carne tierna y otros platos
De las primeras lecturas que le impactaron recuerda El Antropófago, de Pablo Palacio, lo halló en un folleto de papel periódico que publicó la Casa de la Cultura Ecuatoriana, hasta ese momento no tenía idea de quién era Palacio, pero tuvo la certeza de que era potente. Diana recuerda que años después, en el taller literario, tuvo una importante guía de lectura, conoció autores de voces diversas, aprendió a ser algo selectiva, aunque el ejercicio de dejarse sorprender por un libro, por un autor, del que nadie le ha hablado es un riesgo que le aporta cierto placer. En la lista de autores a los que siempre vuelve están Clarice Lispector y Juan Rulfo.
Al consultarle sobre la inspiración, ella cree que hay temas que nos superan y que no necesariamente se eligen. Su proceso se basa en la exploración, hay ideas que surgen de su día a día, de la observación, de la escucha, como los temas sobre la intimidad, el cuerpo o la pérdida de la inocencia. No sé qué tanta sea la invención, en mi caso le debo mucho a la libreta, a lo que la gente dice.
Zavala puede llegar a definirse como una buscadora, aunque si le dan a elegir prefiere no hacerlo. Como ella lo explica, siempre estamos en constante cambio y desde esa perspectiva puede resultar complejo formar un concepto sobre su persona. Le gusta experimentar y ahora se encuentra en una etapa en la que si mira a la Diana de hace diez años, le resulta tan otra.
Periodismo, el otro oficio
Zavala tenía 16 años cuando se mudó a Manta para entrar a la universidad. Nos dice que estaba en su último año de Periodismo cuando un profesor la invitó a ella y a un compañero a que fueran ayudantes de cátedra y, también, a efectuar sus prácticas en el diario El Mercurio. Con este compañero propusimos hacer un espacio sobre cultura para el suplemento de los domingos de ese periódico y lo llamamos El Pregonero. Considera que fue un ejercicio periodístico que la ayudó a situarse en lo que le gusta.
Eligió hacer periodismo independiente después de ser parte de redacciones en diario La Hora y Ediasa. Encuentra satisfacción al realizar trabajos independientes por la libertad que hay en el proceso, por el rigor que solo es posible cuando no se tiene que entregar varios textos en un día. Eso sí, aclara que a la hora de cobrar es muy difícil sostenerse del freelance, muchas veces se invierte energía, tiempo y dinero en textos que no llegan a publicarse o que ven la luz hasta un año después. Ha colaborado con Mundo Hispano, El Público (España), SoHo Ecuador, Mundo Diners, Cultura en Renglones. Algunos de sus trabajos pueden leerse en su blog El verbo Crea.
Sobre cómo se relacionan ambos oficios, Diana cuenta que en una ocasión escribió, para un concurso, una crónica sobre abuso sexual de menores; el texto no alcanzó ningún premio, para cuando se dieron los resultados varios datos estaban desactualizados y el clima en los medios era poco favorable para publicar investigaciones que denuncien atrocidades. Como no podía cerrar el capítulo, escribió un cuento al que llamó La hora de las arañas, este cierra la antología de narradoras Señorita Satán, publicación de El Conejo.
Difusión de la Literatura
Acerca de la difusión de la literatura en el país, Zavala menciona proyectos novedosos como FLACSO Literaria, una iniciativa de lectura de cuentos y fragmentos de novelas de 21 destacados escritores y escritoras, quienes leen sus obras, constituyéndose esto en un valioso registro. También habló de Mujeres al oído, realizado por la escritora y poeta Valeria Guzmán. En una primera parte se llevó al podcast una selección de cuentos de autoras ecuatorianas y en una segunda etapa se incluyó a poetas. De Zavala se incluyó Manos de Licenciada, uno de los cuentos que trabajó en el tiempo en que integró el taller en la ULEAM. Este y todos los cuentos de Mujeres al Oído están a disposición en Spotify, Apple y Youtube. Recientemente, el Centro de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador publicó una antología que reúne cuentos de las participantes de Mujeres al oído titulada Voces que cuentan (2023).
Zavala cuenta que, en Manabí, junto a otros autores, hace más de diez años se empezó un trabajo para difundir la Literatura, para sacar la idea de que la poesía es cualquier cosa risible que rima. En tertulias, fiestas literarias, con micrófono abierto, se propicia un intercambio entre autores y público. Los clubes de lectura también son importantes. “Es inaudito que en Manta para muchos Hugo Mayo resulte desconocido. Otro grande que partió y la oficialidad no se dio cuenta es Pedro Gil. En su funeral no hubo autoridad alguna”.
Para concluir, nos cuenta que tiene inéditos un poemario, un libro para niños, en reposo una obra de teatro y en proyecto reunir sus cuentos que “como ovejas mochileras” andan en varias antologías: Nunca se sabe; Despertar de la Hydra; Señorita Satán; Cicatrices del Demonio; Antología Básica del Cuento Ecuatoriano; Microcuentos de escritores del Ecuador; Insomnio; Voces que cuentan.
Jorge Vargas Chavarría, nació en Guayaquil en 1992. Es educador, escritor y tiene un título universitario en Ingeniería Química. En el desarrollo de esta entrevista conoceremos sobre sus obras y el proceso creativo que hay detrás, así como también nos hablará de la perspectiva que tiene de la literatura. Entre sus publicaciones están “Aquí empieza lo extraño” por serenity en 2016 y en 2018 bajo el sello de la Casa de la Cultura “Las cosas que no decimos”. Del mismo modo, varios de sus textos se encuentran en antologías tales como “Despertar de la Hydra: Antología del nuevo cuento ecuatoriano” y la “Antología iberoamericana de microcuentos”.
Vargas inició en la literatura a los 17 años cuando publicó, en 2009, su primer libro de fantasía épica titulado “La espada de Sorton”. Luego, en 2012, escribió “On the road to dreams”, libro por el cual fue nominado en el programa de escritura creativa de la Universidad de Iowa. Como él lo relata, su tiempo de creación se mezcla con la observación y la reflexión, para entender cada uno de los temas que le interesa abordar en sus textos. Analiza todo el entramado de historias que se forman en su cabeza para compaginarlas en una sola obra. Es así como la escritura de un libro puede llevar entre 2 o 3 años de creación.
Fragmento de «Esta es la casa»
I
Esta es la casa de las mil habitaciones;
mil puertas y mil cerrojos por los que miro en busca del reloj.
Estos son los pasillos por los que deambulo a diario,
convencido de que hay más que vacío en esta casa.
II
Que haya una ventana al final de un pasillo es una suerte de poca frecuencia:
desde las ventanas de la casa se ve el jardín de fuera, ¿o acaso está dentro?
Mirar por los cerrojos y correr por los pasillos ha llegado a confundirme:
¿Veo el jardín desde la casa, o veo la casa desde el jardín?
El escritor nos explica que sus ideas surgen de dos formas, la primera es a través de imágenes y la segunda es mediante sueños o intuiciones. Por ejemplo, su actual publicación, “Una boca sin dientes”, fue un proceso que llevó más de dos años. Es un libro conformado por 12 cuentos, entre ellos “El silencio de Dios”. Su narrativa estuvo marcada por lo trascendental que es pasar a la vida adulta, ya que, por esa época, vivió en España por estudios y experimentó el vivir solo en un país diferente.
“Lo cierto es que hay muchos lugares oscuros y muy dolorosos en la vida adulta”.
Jorge Vargas
Es con base en su experiencia que encuentra los temas que aborda en su nuevo libro. Es decir, están conectados con el paso brusco hacia la adultez, como la soledad, la búsqueda de identidad y las rupturas amorosas. Ahora bien, para llevar a cabo todo este proceso, Vargas necesita lidiar con lo rápido que avanza el tiempo. Para crear se necesitantiempos largos, pero a veces eso no es posible. Como él menciona, en Ecuador es difícil vivir solo de la escritura, ya que la mayoría de los escritores necesitan de otros trabajos para solventar sus proyectos literarios.
Como nos sucede a todos, Vargas comenta que sí es posible tomarle más cariño a ciertas historias por la conexión que se genera con cada una de ellas. Pero, asimismo, cada una de sus obras alcanza su cierre cuando llega la temporada de lanzamiento y la deja ir. Desde su punto de vista, publicar un libro tiene mucho de soltar y avanzar, porque cada vez que un libro llega a las manos de los lectores, él crea un cierre en ese proceso y deja que el lector decida lo que sucede con los personajes.
Los libros son mundos sin fin que generan en las personas muchas emociones y por tal motivo es el lector el que tiene la última palabra sobre una obra en específico. Del mismo modo, Vargas explica que, clasificar a un libro con calificativo de “bueno” es una tarea subjetiva, depende únicamente de los gustos e intereses que tenga el público. Pero, hablando en términos generales, el escritor nos ayuda a determinar una característica: Un buen libro es aquel que consigue usar el lenguaje para conmover o generar una sensación en los lectores.
“La literatura es una forma de ver la vida, es un registro de la historia. Su gran aporte es que nos acerca a través del lenguaje, crea mundos y posibilita realidades”.
Jorge Vargas
La literatura es una fuente de sanación y para muchos un libro se convierte en el amigo fiel con el que van a todos lados. Gracias a la literatura muchas personas encuentran un guía, un lugar estable que los ayuda a enfrentar la vida, porque en muchas ocasiones es ahí donde se encuentran las palabras correctas para sentir consuelo. La literatura está y ha estado allí, lo estará siempre, como una compañía a la humanidad.
Vargas tiene entre sus referentes literarios a escritores latinoamericanos clásicos como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges, escritores de novela y cuentos. Y, aunque la poesía también es de su interés, es un asiduo lector de narrativa, por eso lee a autores como Mariana Enríquez, Andrés Neuman, Guadalupe Nettel, Federico Falco, Liliana Colanzi y Edmundo Paz Soldán. Entre los autores ecuatorianos están Gabriela Alemán y Solange Rodríguez Pappe.
Para terminar, «Una boca sin dientes» fue merecedor del Premio Nacional Joaquín Gallegos Lara 2022 y en mayo del 2023 el libro será publicado en España por InLimbo. Y, de la misma forma, nos deja la posibilidad de que comience a escribir un nuevo libro en este año.
El arte es tan diverso y magnífico en cualquiera de sus ramas, por lo que pertenecer a una sola variante es prácticamente imposible, Martin Torres es la prueba de ello. Es escritor de novela, relato y cuento, pero también se destaca por sus aptitudes musicales. En la entrevista realizada de forma virtual, nos comenta sus inicios, procesos y proyectos referentes a la literatura y la música.
De modo general, Torres se define como una persona que escribe y que dice muchas cosas. Con la mirada perdida en el cielo raso de la habitación, menciona que el ejercicio de la escritura empezó aproximadamente a sus 14 años, cuando iba en segundo curso de colegio. Surgió a través del gusto por escuchar música y anotar las frases de las canciones. Más adelante comenzó a escribir ideas sueltas que se iban convirtiendo en textos. Fue un proceso natural, escribir algo y guardarlo, pensando que tal vez me iba a servir después.
El escritor cuenta que unos de sus profesores y gran amigo, Juan Carlos González, fue el que lo motivó a publicar sus textos. Así que los recopiló y trabajó bajo unas cuantas sugerencias que él le hizo, luego de eso se encargó de enviar el manuscrito a un par de editoriales. Una de ellas me contestó y me dijo que debería pasar por ahí para conversar. La gente linda del Conejo dijo que me querían publicar y que les parecía interesante mi trabajo. Torres entendió lo que era ser un escritor y lo que este hacía a la edad de 18 años, cuando publicó su primer libro de relatos, “El síndrome de mi entropía”. En 2015, con la misma editorial sacó “Ciudad de concreto” y en 2019, ganó el premio Luis Félix López con “Pequeña enciclopedia de seres incompletos”, este libro de cuento fue publicado bajo el sello de la Casa de la Cultura.
Me gusta transmitir exactamente lo que me estoy imaginando, a través de las ideas y de la forma en cómo suenan las palabras, hago que veas lo que yo tengo en la cabeza. Desde su perspectiva, él menciona que un escritor puede crear y manipular todo un mundo de sucesos y, hacer que las personas reflexionen sobre un tema. Para eso es necesario que el autor tenga un conocimiento amplio de muchas cosas, del mismo modo debe saber mirar y escuchar, ya que así puede transmitir y conmover por medio de la escritura.
“La literatura moldea un montón de cosas de nuestro mundo real, las palabras y las ideas tienen una intención, están vivas”.
Martin Torres
Según Torres, con la inspiración se puede llegar a revelaciones importantes para la construcción de la trama. Es el motor para producir ideas y darle forma a un texto. Sin embargo, es algo que no dura para siempre y cuando se acaba lo principal es sentarse a escribir, con o sin inspiración hay que dejar que todo fluya. En este caso la práctica agiliza el proceso creativo y de ese modo se puede concluir con los proyectos previstos, de otra forma la página estaría en blanco por mucho tiempo. La escritura es como quererse: no tiene horario, ni fecha en el calendario.
Por eso, su principal consejo a los escritores que recién inician en todo este mundo, es que nunca dejen de escribir y que se quiten el miedo de enseñar su trabajo, luego menciona que es necesario revisar el texto y pulir lo que haga falta. Debes preguntarte qué es lo que quieres alcanzar de esto y dar la cara, publica en redes sociales, plataformas o blogs. Donde sea, pero hazlo sin miedo porque siempre tendrás un público.
Fragmento de «Museo»
«Buenas tardes, mi nombre es José Gamboa y seré su custodio en el recorrido de hoy. Al reverso de su boleto pueden encontrar las indicaciones básicas, pero estaré gustoso de recordárselas ahora. En todo momento, los visitantes deben permanecer dentro de los límites marcados en el piso por la línea amarilla. Está prohibido tocar las piezas, con excepción de aquellas que lo indiquen de forma expresa. En caso de duda, siéntanse libres de preguntarme o interrumpir la exposición. Los baños están habilitados y debidamente señalados a la izquierda y a la derecha. Después de esta breve presentación, se dará un espacio de cinco minutos para que, quienes deseen hacerlo, puedan utilizar las instalaciones sanitarias. Después de ello, no se harán pausas por ningún motivo, así que, si se quedan detrás, tomen en cuenta que no se repetirá ninguna parte de la exposición».
Entre sus referentes literarios están Borges, Onetti, Kafka, Pablo Palacios, Clarice Lispector, entre muchos más. Cada uno tiene su propio estilo y son grandes en el campo de la literatura. Del libro de Shari Lapena “the couple next door”, por ejemplo, aprendió a implementar ciertos momentos de tensión en los personajes para introducir al narrador en los pensamientos. Torres explica que más que referentes son recomendaciones, porque dependiendo del tópico a tratar hay una gran variedad de libros y escritores que ofrecen técnicas e información. Pero, no es el único recurso que existe, ya que también están las películas, podcast, canciones, etc. He encontrado mucha poesía en las letras del black metal y del death metal. Es más fácil guiarse en la literatura si es que tienes el referente.
Al igual que la música, el cine, danza y las demás representaciones artísticas, la literatura precisa una mayor visibilidad a nivel nacional. La industria editorial necesita reinventarse y ampliarse más. Así como las personas necesitan comprar libros y conocer a sus escritores. Para que se difunda el arte ecuatoriano hace falta crear espacios y dejar a un lado el pensamiento de que leer es solo para cierto tipo de personas que tienen buen gusto, es un prejuicio que hay que ir eliminando. Torres expresa con efusividad que quiere ser leído por muchos y por eso las personas deben involucrarse más en las actividades literarias. Tanto los escritores como los lectores son parte de esta acción, es un hecho colectivo que requiere la ayuda de todos.
En el mes de septiembre, Torres publicó «Fragmentos de un Dios» bajo el sello editorial de Alectrión, en este libro se narra una distopía enmarcada en la ciencia ficción y el género negro; sin duda alguna, es un libro que invita al lector a estar atento de cada palabra para, de ese modo, poder descifrar de apoco los fragmentos de su misterio. También, el novelista habla de sus futuros proyectos con determinación y alegría, más adelante, tiene pensado publicar de manera independiente una novela corta, basada en los versos del poeta Juan Suárez, el texto se titularía “Clamor de los campanarios”. Aspira crear varias estructuras narrativas que converjan y que formen una paradoja de espacio y tiempo. Del mismo modo, tiene planeado escribir una novela que gire en torno al marketing político y los problemas cotidianos a los que se enfrentan estas personas mientras tienen que afrontar un hecho totalmente inesperado.
Por otro lado, hablando de sus aficiones con la música, menciona que fue un suceso totalmente diferente. Si algo caracteriza a Martin Torres es que le gusta experimentar y sus primeras interacciones musicales de forma consciente fueron con temas de Black Sabbath, un disco de Gorillaz comprado por error y música de Guns N’ Roses. Cada melodía fue un nuevo descubrimiento que le hacía cuestionarse el impacto que tenía en él la diversidad de géneros musicales y lo ayudaba a formar un criterio objetivo. La música es rara, tiene que ver con la idea del ritmo, del pulso y de cómo transmites cosas en un formato que no puedes ver. En la actualidad su Spotify tiene reproducciones de Molotov, Legendary, cumbias amazónicas y colombianas, álbumes de hip-hop, jazz, reggaetón y la lista continúa.
“Escucho un montón de cosas distintas y he llegado a la conclusión de que no hay música mala. Puedes consumir lo que sea y aprender de lo que sea. No porque escuches uno u otro género musical eres mejor que los demás. El prejuicio no deja ver eso”.
Martin Torres
Su trayectoria musical está marcada por la guitarra acústica, la escritura de letras y la interpretación vocal. Ha tocado con varias personas y bandas en diferentes géneros como por ejemplo una banda de thrash llamada Uropsis, también estuvo en Perimetral y ahora se encuentra tocando en Gemelo Polar, Black Mama y PorLoPronto junto a Yolanda Albornoz. Esta última agrupación tiene como base un dúo, aunque es visto al mismo tiempo como un proyecto colectivo de integrantes móviles. El motivo de esto es porque dependiendo de las necesidades de los temas van incorporando artistas que apoyen con los diferentes instrumentos.
Torres cuenta que el nombre nació porque es una frase que se utiliza en el día a día. Siempre estamos diciendo eso en la vida cuando estamos haciendo algo. Es un nombre que implica que está suspendido, pero que no ha acabado, está ahí y en algún momento va a seguir. Tiene relación con el tiempo que estuvo fuera del país por una maestría y el hecho de pertenecer a Perimetral. Sin embargo, en su estadía en México perteneció a una banda que hacía covers acústicos y a su regreso a Ecuador trajo consigo aquella idea, de ahí surgió PorLoPronto. Hasta el momento cuentan con una música en Spotify y un lyric video en YouTube de su sencillo “No falta mucho”. Y, en su cuenta de Instagram, tienen videos de los ensayos en donde interpretan canciones como “Rolling in the deep” de Adele.
Les gusta interpretar géneros variados, van desde el funk rock hasta el reggae y el hip-hop. Nos gusta fusionar géneros y utilizar recursos que compaginen. Si sale y nos gusta se queda, y si no buscamos otros recursos. Torres habla de que “No falta mucho” fue creada bajo un formato lo-fi con arreglos de guitarra y de batería, además de una vocalización tipo R & B. Por último, nos cuenta que están trabajando en su próximo tema titulado “Calaberas PLP”, con el productor Juan Carlos Dueñas.
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Aminta Buenaño Rugel, nació en Santa Lucía, Guayas, en 1958. A lo largo de su vida se ha desempeñado como escritora, docente, periodista y diplomática. Buenaño ha vivido toda su vida en la Perla del Pacífico y ha estado estrechamente ligada a la literatura desde su niñez. Realizó estudios de posgrado en Comunicación Cultural en la Universidad de Moscú, Rusia, además, fue Asambleísta Nacional y Asambleísta Constituyente. Participó en la redacción de la Carta Magna del Ecuador del año 2008, contribuyendo con su aporte a la inclusión de los derechos del pueblo montubio, la licencia de paternidad y los derechos para la igualdad de la mujer. Su vida se desarrolla entre la creación literaria, el periodismo y la cátedra universitaria.
Entre las obras que ha publicado está “La mansión de los sueños” (1984); “La otra piel” (1992); “El discreto encanto de lo cotidiano” (2004); “Mujeres divinas” (2006); “Virgen de medianoche” (2010). Sus relatos han sido traducidos al italiano, inglés y francés. Igualmente, es parte de numerosas antologías ecuatorianas y extranjeras. Sus escritos han ganado diferentes distinciones como el Premio Internacional de Cuentos Jauja de Valladolid y Premio Ciudad de San Sebastián, España y el Premio nacional de Cuento Diario El Tiempo. Ha sido editorialista del Diario El Universo, El Telégrafo de Ecuador y Nuevo Diario de Nicaragua, siendo su columna una de las más leídas.
El primer acercamiento que tuvo Buenaño con la literatura fue por su madre, quién tenía una gran biblioteca y le encantaba comprar diferentes libros. La escritora se deleitaba buscando en la biblioteca de su casa y leyendo distintas obras, el primer libro que leyó fue el de “Las mil y una noches”, estaba enferma y dicho libro fue un gran acompañante para pasar su malestar. Tenía una gran fascinación por los escritos norteamericanos como Las aventuras de Tom Sawyer y El príncipe y el mendigo de Mark Twain o Mujercitas de Louisa May Alcott.
Buenaño es el tipo de personas que en cada momento de su vida se encuentra leyendo diferentes textos, es por eso que en sus recomendaciones literarias menciona a los clásicos de la literatura Latinoamericana como Juan Rulfo, García Márquez y Vargas Llosa. También, sugiere leer poesía de Horacio Hidrovo o los escritos de Gioconda Belli, Marcos Chicot, Julia Navarro y Sergio Ramírez. Los recomiendo porque son maestros de la literatura, son personas que te enseñan a escribir.
Por otra parte, su proceso creativo por lo general se da en las mañanas,porque se siente con mayor energía y sus ideas están más claras. El día de la autora empieza con una rutina de ejercicio o una pequeña caminata en la que aprovecha para escuchar algún audiolibro, son actividades que la relajan y ayudan a que sus ideas fluyan. Aproximadamente a media mañana comienzo a escribir y no me detengo hasta las 3 o 4 de la tarde más o menos.
“Siempre hay cosas interesantes que contar. A todo el mundo le suceden cosas interesantes o dramas que pueden convertirse en novelas».
Aminta Buenaño
Buenaño explica que para ella escribir es una pasión. En su trayectoria ha vislumbrado el arduo trabajo que esto requiere, sin embargo, cuenta que es una forma de encontrar un propósito y sentido de vida. Pertenecer al mundo literario en Ecuador es difícil y complejo, debido a la poca importancia que se le da. A pesar de eso, sus textos se han abierto camino, por ejemplo “Mujeres divinas” tuvo cuatro ediciones en un solo año por su gran acogida. De este libro el cuento más nombrado es “La gata”, en el que se narra la vida rutinaria de una mujer que vive con su gata y como esta cambia frente a un terrible suceso.
Fragmento de “La gata”
«Cuando llegaba del trabajo, después de merendar la ensalada de lechuga y otros vegetales para no engordar, el yogur natural para mejorar la digestión y los ocho vasos de agua para conservar la piel lisa y radiante, solía mirar la televisión junto a su gorda gata siamesa de color caramelo que dormitaba a su lado, a la que amaba tanto como a ella misma. Era su hija, su pasión, el punto y coma de su amor. A ella, sólo a su gata, le toleraba que le despeinarse el hongo precioso de su melena tinturada de un color rubio cenizo mediano, por el estilista afeminado que le confiaba entre hipos y ayes sus penas mientras pasaba el secador por sus cabellos húmedos y le incendiaba las orejas».
Desde su punto de vista, a un buen escritor lo caracterizan tres aspectos, el primero, es que sea un observador de la vida, porque es un ingeniero del alma humana. Por lo tanto, debe conocer al ser humano, estar pendiente de las emociones y acciones de las personas para poder narrarlas. El segundo punto, es la lectura, ya que un escritor que no lee se enfrenta a muchas dificultades en el proceso creativo. Por último, está el hecho de estudiar, el constante aprendizaje sobre escritura creativa y la utilización de métodos narrativos es lo que va moldeando la forma de escribir.
Su proyecto más reciente es “Un blues para Roberto” y según nos comenta le ha tomado mucho cariño. Buenaño tuvo la desdicha de perder a su esposo en todo el apogeo del Covid-19, fue sorpresivo y doloroso, pero en medio de su proceso de duelo decidió escribir sobre él. Fue una idea que surgió tras realizar un artículo sobre la situación que pasaba en ese momento en todo el mundo, muchas personas lo leyeron y quedaron conmovidas por esas palabras. Después de eso decidió redactar este texto en honor a su esposo y a todos aquellos que perdieron a alguien importante en la pandemia.
Concluyendo con la entrevista, nos comenta que tiene una novela basada en un hecho atroz que ocurrió en Nicaragua, en el que una joven murió por un grupo religioso. Esta obra la tiene escrita desde el 2018, pero aún no la ha podido publicar por diferentes situaciones. También tiene un libro de cuentos y por el momento se encuentra escribiendo otra novela.
Los libros de Aminta Buenaño se puede encontrar en Amazon.
Microrrelato de «Con (textos) fugaces»
La tímida del café
«Cuando él se acerca se le detiene el pulso y las manos y los pies sudan frío como si apareciese un fantasma. Tiene un caminar marcial. Cuando le roza la yema de los dedos ella siente que se electrocuta su entrepierna y que el corazón se desbanda en un redoble infernal. Todas las tardes ella llega, se sienta en la cafetería y espera con supuesta indiferencia que el mundo se detenga. Todas las tardes la epopeya de una historia de amor se escribe en su cabeza. Todas las tardes ella calla. Él la interrumpe soberbio con su lazo negro al cuello, sin imaginar la hecatombe que su presencia produce. Alarga su brazo y le propone.